jueves, 24 de abril de 2008

radiacion artificial
Hace unos 60 años, el hombre descubrió la forma de liberar la energía encerrada en el núcleo del átomo, primero con fines bélicos y luego para la generación de energía eléctrica y otras aplicaciones. Todo ese desarrollo trajo aparejado la producción artificial de cientos de radionucleidos, algunos de los cuales tienen aplicación en medicina, industria, investigación, etc. Como consecuencia de ello, la mayoría de la gente recibe una cantidad de radiación de origen artificial relativamente pequeña, a pesar de que en determinadas circunstancias y en áreas localizadas, la dosis resultante puede ser mayor que la natural.
radiacion natural
La mayor parte de la radiación recibida por la población del mundo proviene de fuentes naturales. Este tipo de exposición es, en la mayoría de los casos inevitable. La superficie de la Tierra, desde los orígenes del planeta, ha estado afectada por la radiación proveniente del espacio exterior y de los materiales radiactivos constituyentes de la corteza terrestre.
Aunque todos los seres humanos están expuestos a la radiación natural, algunos lo están más que otros. Ello depende del lugar donde vivan; en zonas con rocas o suelos particularmente radiactivos, las dosis llegan a ser 20 veces mayores que los valores medios mundiales
Las partículas alfa emitidas por los radionucleidos naturales no son capaces de atravesar una hoja de papel o la piel humana y se frenan en unos pocos centímetros de aire. Sin embargo, si un emisor alfa es inhalado (por ejemplo, el 210Po), ingerido o entra en el organismo a través de la sangre (por ejemplo una herida) puede ser muy nocivo.

Las partículas beta son electrones. Los de energías más bajas son detenidoss por la piel, pero la mayoría de los presentes en la radiación natural pueden atravesarla. Al igual que los emisores alfa, si un emisor beta entra en el organismo puede producir graves daños.


Los rayos gamma son los más penetrantes de los tipos de radiación descritos. La radiación gamma suele acompañar a la beta y a veces a la alfa. Los rayos gamma atraviesan fácilmente la piel y otras sustancias orgánicas, por lo que puede causar graves daños en órganos internos. Los rayos X (*) caen en esta categoría –también son fotones– pero con una capacidad de penetración menor que los gamma.